jueves, 15 de mayo de 2014

LA MISA

UNIDAD EDUCATIVA SALESIANA COLEGIO CRISTOBAL COLON

ENSEÑANZA RELIGIOSA: DEBER #1                    NOMBRE: JON VALENCIA   6-2
TEMA: "LA MISA"

“LA MISA”
La Santa Misa, en la Iglesia católica, es el acto litúrgico dentro del cual se ofrece el sacrificio eucarístico. Su institución fue en la Última Cena de Jesús con sus Doce Apóstoles. Según el dogma católico, en la Santa Misa se renueva el sacrificio del calvario al celebrar el sacramento de la eucaristía, consagrándose el pan y el vino por medio de una fórmula sacramental que pronuncia el sacerdote celebrante, lo que produce el efecto de la transustanciación.
El Catecismo de la Iglesia católica enseña que en la Santa Misa se renueva el sacrificio del calvario al celebrar el sacramento de la Eucaristía. En ella el sacerdote celebrante, que representa a Cristo consagra el pan y el vino pronunciando una fórmula sacramental que causa el efecto de la transustanciación, transformándolos en el cuerpo y la sangre de Cristo.
Según la creencia luterana la eucaristía es el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Jesucristo, entregados en el santo sacramento del altar para el perdón de los pecados y el fortalecimiento de la fe. Los luteranos no creen en la transustanciación, sino en la unión sacramental, que es una unión peculiar que Dios obra por las palabras de consagración en la que se unen el cuerpo y la sangre de Jesucristo al pan y al vino, así como el Espíritu Santo se une al agua del bautismo por la palabra de Dios.




   



ETIMOLOGÍA:
Según enseña el Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 1332, se denomina al sacrificio eucarístico con la palabra Misa 'porque la liturgia en la que se realiza el misterio de salvación se termina con el envío de los fieles a fin de que cumplan la voluntad de Dios en su vida cotidiana.
    



ORIGEN:
El pueblo del A.T. se reunía cada año delante del Arca de la Alianza que contenía las tablas de la Ley, palabra permanente del Señor y el vaso del maná, comida de salvación para el pueblo (Ex. 25, 10.16 y Dt. 10, 1.5), pan ácimo que evocaba la huida de Egipto con el pan a medio hacer sin levadura. Se sacrificaba el cordero y su sangre lanzada al aire por los sacerdotes, borraba los pecados del pueblo.










ESTRUCTURA:
















Ritos de entrada
Son todos aquellos pasos que introducen a los fieles (asamblea) en la celebración. Estos ritos iniciales, que preceden a la Liturgia de la Palabra, incluyen el canto de entrada, el saludo inicial, el acto penitencial, el "Señor, ten piedad", el Gloria y la Oración colecta, y tienen como objetivo hacer que los fieles reunidos constituyan una comunión y se dispongan a oír como conviene la Palabra de Dios y a celebrar dignamente la eucaristía. Tienen un carácter de exordio (preámbulo), preparación e introducción. En algunas celebraciones que se unen con la Misa, los ritos iniciales se omiten o se realizan de un modo peculiar.


Liturgia de la palabra

La liturgia de la palabra comprende las lecturas tomadas de la Sagrada Escritura, que son desarrolladas con la homilía, la profesión de fe (el credo) y la Oración de los fieles. En las lecturas, que luego explica la homilía, Dios habla a su pueblo, descubriendo el misterio de la redención y salvación, y ofreciendo alimento espiritual. El mismo Cristo, por su palabra, se hace presente en medio de los fieles. Esta palabra divina la hace suya el pueblo con el silencio y los cantos, y muestra su adhesión a ella con la profesión de fe; y una vez nutrido con ella, en la oración universal hace súplicas por las necesidades de la Iglesia entera y por la salvación de todo el mundo.

 










El sacerdote inicia la lectura diciendo "Lectura del Santo Evangelio según..." ("Lectio sancti Evangelii secúndum N." en latín), a lo que el pueblo responde diciendo "Gloria a Ti, Señor" ("Gloria tibi, Dómine" en latín) y haciendo la señal de la cruz en la frente, labios y pecho. Al final se aclama "Gloria a Ti, Señor Jesús" ("Laus tibi, Christe" en latín). La proclamación del Evangelio constituye la culminación de la Liturgia de la Palabra. La misma liturgia enseña que se le debe tributar suma veneración, ya que la distingue por encima de las otras lecturas con especiales muestras de honor, sea por razón del ministro encargado de anunciarlo y por la bendición u oración con que se dispone a hacerlo, inclusive empleando incienso en los días solemnes, acompañado de los acólitos portando cirios a los costados del ambón, sea por parte de los fieles, que con sus aclamaciones reconocen y profesan la presencia de Cristo que les habla, y escuchan la lectura puestos en pie; sea, finalmente, por las mismas muestras de veneración que se tributan al Evangeliario.




Liturgia de la Eucaristía
Esta es la parte nuclear y central de la Misa pues según la fe católica, Jesucristo mismo se hace presente en las Especies Eucarísticas en Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad (ver transubstanciación). En la última Cena, Cristo instituyó el sacrificio y convite pascual, por medio del cual el sacrificio de la cruz se hace continuamente presente en la Iglesia cuando el sacerdote, que representa a Cristo Señor realiza lo que el mismo Señor hizo y encargó a sus discípulos que hicieran en memoria de Él.



  Rito de la Comunión
Ya que la celebración eucarística es un convite pascual, conviene que, según el encargo del Señor, su Cuerpo y su Sangre sean recibidos por los fieles, debidamente dispuestos, como alimento espiritual. A esto - tienden la fracción y los demás ritos preparatorios, que conducen a los fieles a la Comunión.


Ritos de despedida
Bendición. Antes de la bendición, se pueden introducir breves avisos para los fieles. Con la bendición final, el sacerdote bendice a los fieles "In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti" ("en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo"); puede ser recibida de rodillas. En una bendición solemne, la fórmula es más larga, ya que se enriquece y amplía con la oración sobre el pueblo o con otra fórmula más solemne. La despedida del pueblo por parte del diácono o del sacerdote tiene como objetivo que cada uno regrese a sus quehaceres alabando y bendiciendo a Dios. El beso del altar por parte del sacerdote y del diácono y después una inclinación profunda del sacerdote, del diácono y de los demás ministros, concluyen la eucaristía.



ESQUEMA:


BIBLIOGRAFIA:





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